viernes, 23 de enero de 2015

Crónica Desafío Solidario GR-130 por los Niños Especiales de La Palma. Por Tomás Padrón

El GR 130 solidario a favor de la asociación NEP (niños especiales de La Palma), es un “desafío” deportivo superior a muchos otros, no ya por sus 155 kilómetros y 7600 metros de desnivel positivo, sino por el esfuerzo que hacen los organizadores y padres durante mucho tiempo, brindándonos la oportunidad de recorrer todos los pueblos y paisajes de la isla con buenos avituallamientos y de paso recaudar algún dinero para la asociación con la venta de camisas y donativos.


Fue Rayco, compañero de equipo quien me habla de ir a La Palma. Yo no lo pensé mucho y el sábado 17 a las 5:30 de la mañana estábamos en la plaza de Los Llanos junto a un buen grupo de corredores  dispuestos a recorrer toda la isla y otros a hacer tramos más cortos. Mi hijo Javier, dispuesto a cualquier reto, no quiso perderse la aventura de semejante marcha.



Después de unas palabras de prudencia y ánimo de la organización, salimos de los Llanos trotando suave rumbo a Tijarafe. Yo estaba contento de llevar la compañía de mi hijo y Rayco, por si se presentaban problemas en 30 horas de marcha. Además, contábamos con el apoyo del amigo Diego Carmona, que haría cualquier sacrificio por nosotros. Desayuno caliente en Tijarafe y a las 10 estábamos en Puntagorda, pasando luego por las Tricias, donde contemplamos los mejores bosques de dragos que hay en Canarias. Después de andar por diferentes caminos llegamos por carretera asfaltada a Garafía, donde al igual que en otros pueblos, nos recibieron con aplausos y comida. De Garafía a Barlovento nos esperaban los 30 km más duros del recorrido, con continuos y profundos barrancos que cortaban todo el norte de la isla. La belleza del paisaje era única, pero con una tremenda dureza del trazado que no todos aguantaban igual. 


Seguimos cruzando barrancos y llegamos a las casitas del Tablado, donde teníamos preparado un buen almuerzo con pasta, arroz, atún, pollo, fruta y hasta vino tinto y porretas (tunos pasados), y todo en abundancia. Retornamos el camino rumbo a Barlovento, con frio y algo de viento, que obligaban a no detenerse mucho tiempo para no perder el calor. Cruzando los barrios de Franceses y Gallegos con sus respectivos barrancos llegamos a Barlovento al oscurecer. Después de equiparnos para la larga noche y tomar un buen caldo caliente, tiramos para los Sauces y bajamos a San Andrés, donde oímos romper las olas en la orilla, llegando a Puntallana a  la medianoche. Aquí el amigo Rayco dijo adiós a la marcha. A pesar del esfuerzo las rozaduras que llevaba lo impidieron continuar. 


Llevábamos más de 90 km y el cuerpo lo notaba. Seguimos con rumbo a Santa Cruz de La Palma a donde llegamos en unas 2 horas y después de unas fotos de todo el grupo y chocolate caliente y bizcochon empezamos a subir las fuertes rampas a la Concepción y Breña Alta, con nuevos corredores incorporados en la capital.


Las siguientes paradas fueron cortas, para evitar enfriarte o quedarte dormido debido al cansancio y al sueño acumulado, pero pasado Montes de Luna empezó a clarear el día y ya con sol llegamos a Fuencaliente en el sur de la isla. En este punto se incorporaron cantidad de corredores para hacer la última etapa. Con algunos problemas en las piernas conseguimos llegar a Los Llanos, acompañados de una gran cantidad de corredores, 12 de los que habíamos salido la madrugada anterior del mismo punto, consiguiendo dar la vuelta completa a la isla. Entre ellos los incansables palmeros Julio Rodríguez Triana, Pedro y Luis Bonilla y de Tenerife Ángel Yuste, Javi Hernández y mi hijo y yo. 



La entrada a la plaza fue muy emocionante, rodeados de corredores, una gran cantidad de público y la compañía de los niños por los cuales habíamos corrido. Los mismos nos dieron unas bonitas medallas hechas a mano por ellos mismos que todos guardaremos como nuestro más preciado trofeo.




Tomás Padrón

PSB

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