jueves, 26 de noviembre de 2015

CRÓNICA DE LA CARRERA “CASTÁÑATE LAS PATAS 2015” por Alejandro de León


   Seis de la mañana. Suena el despertador. No el de mi teléfono móvil, no. Suena mi despertador personal de 13 meses de edad, que no consume pilas, sino biberones. Puntual, como siempre. Todo está listo desde la tarde anterior. No son demasiadas las pruebas a las que puedo inscribirme pero cuando tengo la oportunidad, me gusta disfrutarla desde mucho antes de la salida. Después de cargarle las pilas a mi peculiar despertador y de cargarme las pilas yo arranco mi coche y me dirijo al pueblo de mi familia política, La Victoria de Acentejo.




   Según el organigrama de la dirección del evento, mi guagua saldrá a las 8:10 desde el polideportivo hasta la salida, en el barrio de los Arroyos. Al mirar al cielo compruebo que la lluvia no parece estar dispuesta a acompañarnos. Respiro. Incluso veo el cielo demasiado despejado e imagino al sol castigándome durante la carrera. Suspiro. No he salido a correr desde hace tres semanas y me he limitado a realizar un mínimo de ejercicio en casa. Al llegar a la zona de las guaguas me encuentro con los primeros compañeros y compañeras de equipo. Noto muy buen ambiente y muchas ganas de disfrutar del día. Tengo la oportunidad entonces de conocer a miembros que no conocía aún. Ya digo que no son muchas las pruebas a las que puedo inscribirme. 

   Tres de los compañeros deciden hacer a pie el tramo que une  nuestra ubicación hasta la salida. Impresionante. Conozco el municipio y el tramo ya es una prueba en toda regla. Entre ellos el incombustible Don Tomás. Colosal. Al llegar a los Arroyos pudimos degustar el buen café de un guachinche anexo que hizo su agosto con café, y no con vino. Después de las fotos de rigor con los compañeros y compañeras de equipo nos deseamos suerte y salieron, con 15 minutos de diferencia, las pruebas de las dos distancias.

   Muchísimo ambiente en la salida y comenzamos trotando por una bajada de piche que pronto se convertiría en cemento. Esta primera etapa se desarrollaría entre fincas que se convertirían en las primeras pendientes duras. Toca caminar. No conozco bien el recorrido y no quiero agotarme en los primeros  kilómetros. En una curva abandonamos el cemento y comenzamos a adentrarnos en un barranco que pronto tendríamos que ascender por una de sus laderas. El pelotón circula a buen ritmo y el trazado a esta altura es una vereda estrecha con lo cual hay que seguir el ritmo de la tropa. 



   Pasado medio kilómetro nos encontramos con una cola de gente para ascender por una zona con bastante desnivel en el que es posible ayudarte de cabos colocados a lo largo del tramo. Después de este ascenso comienza otro tramo a lo largo de una canal en el que en ocasiones se deben superar obstáculos como troncos o caídas al barranco. Es una zona un tanto multiaventura en la que se puede trotar. No hay tiempo a aburrirse y me parece la zona más divertida de la carrera. En el kilómetro 6 y después de descender por cabos y tuberías de agua comienza la pechada más larga de la prueba. 2 kilómetros de interminable subida que se me hacen eternos. A medio kilómetro del comienzo de la pechada nos encontramos con un “avituallamiento sorpresa” en el que un señor ofrecía su caldo tinto a los corredores que por allí pasaban. Al fin, en el kilómetro 8 al llegar a la pista del Rayo nos encontramos con el avituallamiento. 




  Después de 1 naranja, 1 trozo de plátano, 2 pastillas de goma y un vaso de bebida isotónica reanudé la marcha por la pista hasta comenzar el descenso. Muy técnico. Habían zonas muy resbaladizas y otras zonas con muchísimas piedras. Faltando 2 kilómetros para la llegada noté un dolor agudo en el cuádricep izquierdo y temí que fuera algo más serio que me impidiera acabar. Afortunadamente, después de un breve estiramiento pude reanudar la carrera y acabar con un tiempo de 2 horas y 25 minutos. Después de varias semanas sin poder salir a entrenar me doy por satisfecho deseando llegar mejor en la próxima edición. 


   En general, buena organización y recorrido muy recomendado para disfrutar de los viñedos, los castaños y los bosques de la comarca de Acentejo. 
   Quiero felicitar a todos los compañeros y compañeras participantes de mi equipo, Patea San Borondón Berenicedental,  y a los componentes que se acercaron a apoyar y animarnos a todos y todas. Las felicitaciones más especiales en este caso para Nieves, que en su primera carrera de montaña logró subir al podio, y a Don Tomás, incombustible, que también logró subirse al cajón de los premiados una vez más siendo un ejemplo para todos. Próximo objetivo personal: K21 Anaga.

Alejandro de León

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