lunes, 9 de mayo de 2011

Crónica de la Transvulcania 2011.

Este fin de semana, varios componentes de Patea San Borondón, Eduardo (mi  yerno), Javier (mi hijo) y yo, nos desplazamos a la isla de la Palma a correr una de las ultramaratones más duras de Canarias, la Transvulcania.
  
Estaba un poco preocupado por como nos iba a salir la carrera ya que hacía tan solo 3 semanas que Javier y yo habíamos participado en la Tenerife Blutrail donde llegamos a meta bastante tocados, y por Eduardo, ya que era su primera ultramaratón y suele  tener problemas de estomago en las carreras.
Después de llegar al aeropuerto de la Palma nos trasladamos en guagua de línea hasta los Llanos y dejamos el equipaje en el hotel para ir a buscar la bolsa de corredor. Mi dorsal, el 410, se había extraviado, por lo que hubo que esperar a que lo solucionaran, y que mejor manera, que saludando a los conocidos y luego tomando café con algunos amigos.
Al final me dieron un dorsal de reserva, el 452, con el inconveniente de que mi nombre no aparecería hasta la clasificación definitiva.

Con el problema solucionado nos fuimos a cenar pasta y pizza, y alguna cerveza con varios compañeros, y tras dejar lo platos vacios nos fuimos para el hotel a colocar el chip en los tenis y el dorsal en el peto. Al 23:00 ya estábamos acostados ya que había que levantarse a las 3:00, pero desde la 2:30 ya estábamos en pié. Después de comer algo cogimos la guagua que nos llevaría al faro de Fuencaliente dónde comenzaba la carrera. Varias guaguas llenas de corredores salieron a las 4:00 menos la nuestra que tuvo que esperar a que un corredor despistado fuera a buscar su chip olvidado en el apartamento.
A las 5:30 llegamos al faro, la cantidad de gente era impresionante, más de 800 corredores y mucho público.
  

Tras la cuenta atrás, a las 6:00 suena el disparo de salida, en tromba los corredores salen desde la playa pasando por el faro y entrando en el camino que se estrecha; algunos corredores imprudentes adelantan por fuera de éste, volviendo a meterse más adelante por lo que el tapón que se forma es más grande aún, perjudicando a los compañeros que hacen cola.
A la altura del Teneguía es aun de noche, miro hacia atrás y veo una fila de luces de linternas de más de un kilómetro, es impresionante.
En los Canarios ya amanece, espera el primer avituallamiento líquido, y en mis dos ediciones anteriores de la Transvulcania jamás vi tanto público al paso de la carrera. Me encontraba bien aunque el abductor derecho como siempre me molestaba como un poco.

Hasta las Deseadas el camino por el pinar estaba muy bueno, el picón del suelo estaba húmedo y no existía el polvo de otros años.

Foto de Canariasviaja
Llevaba 4 horas y 8 minutos cuando llegué al Pilar  en donde se encontraba el tercer avituallamiento. Javier ya había pasado y Eduardo venía detrás. Comí algo de fruta y me llevé unas barritas para el camino ya que en los dos siguiente avituallamientos solo habría líquido.
La subida a la punta de los Roques me la tomé con calma y al pasar por el refugio entré a saludar al doctor que colabora de forma altruista, que me dijo que había pocas incidencias, nada importante.

Continué la carrera trotando por la bajada de la degollada del Rio y subí a buena marcha para el pico de la Nieve y luego el  de la Cruz, en dónde habían puesto el sexto avituallamiento, este son sólidos y líquidos. El día era bueno, había mar de nubes donde se reflejaba el sol que estaba quemón, peor la tempreatura era suave.
Después de comer, sobe todo fruta, salí para el Roque de los Muchachos subiendo los repechos despacito y así guardar fuerzas para la larga bajada a Tazacorte. A las 15:40 estaba en el Roque, nunca antes había llegado tan pronto, y aunque me dolía un poco la rodilla, el abductor ya no me daba problemas. Me alegraba mucho ya que parecía que iba a llegar a meta una hora antes que otros años. Javier seguí delante y de Eduardo no sabía nada, pero esperaba que no tuviera problemas.
Me puse la rodillera, comí más fruta y empecé a correr hacía la torre del Time. A esas alturas de la carrera los corredores estaban muy dispersos, pasando mucho rato solo. En poco más de 2 horas y 25 minutos llegué a Tazacorte. La rodillera que me había prestado la semana anterior mi amigo Lucas me hebía venido muy bien ya que la rodilla no me molestó al correr en toda la bajada.
Durante la subida de Tazacorte a Los Llanos me encontré muy bien y la hice sin sacar los bastones que había guardado en el Roque de los Muchachos, adelantando a varios corredores y plantándome en la meta a las 19:22 con un tiempo de 13 horas y 22 minutos. Había mejorado los tiempos del 2009 (15 horas y 30 minutos) y del 2010 (14 horas y 55 minutos), tenía razones para estar muy contento. Entregué el chip y recogí mi camisa de finisher.
Mi hijo Javier ya había llegado en buen estado y haciendo un gran tiempo (12 horas y 51 minutos). Solo faltaba la llegada de Eduardo que lo hizo mientras yo había ido a ducharme al hotel, un poco más tarde (14 horas y 14 minutos).
La verdad es que acabamos todos muy felices tras una gran carrera con un ambiente muy agradable.

4 comentarios:

  1. Mi más sincera enhorabuena. Toda una hazaña.

    Salud!

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  2. Grande, Don Tomás. Como los vinos buenos, mejorando con los años. Un referente para todos nosotros. Felicidades!

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  3. Buena carrera, aunque con algun contratiempo que otro, como el de mi suegro que perdió un diente. Si alguien lo encuentra, mandar un correo. Se recompensará. Felicidades a los tres, en especial a mi maridito Javi Padrón.

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  4. Muchas felicidades!!!Sois los mejores. Besitos

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