viernes, 26 de diciembre de 2014

Crónica III Trail Arico 10K Tajo. Por David Díaz Reyes

La salida de esta corta carrera, de distancia única de 10 kilómetros, se realiza junto a la plaza de la  localidad costera de El Porís, en el municipio de Arico. Se parte, por tanto, prácticamente desde nivel del mar (8 metros), y termina el recorrido en la Villa de Arico, en los 558 metros. Esto supone un desnivel medio del 5´5%, aunque repartidos de modo irregular, con rampas que superan claramente el 10%. Para esta carrera nos dimos cita siete miembros de nuestro equipo Patea San Borondón:  Juanpe, Amadeo, Thony, Sergio, Manolo, Tito y yo, David, además de Santi como fotógrafo.




La hora de la salida fue a las 10:00 de la mañana. Poco antes, recogida de dorsales, 140 participantes, camisa blanca de dudosa calidad y ausencia de chip. Había calculado mal la comida, y justo antes de la salida sentí hambre y comí plátanos y frutos secos. Por otra parte, la organización había anunciado dos puntos de avituallamiento, por lo que no llevé botellín de agua, y finalmente sólo pusieron uno. Todos nos quedamos algo molestos, pues fue comentado pocos minutos antes de la salida. El tiempo estaba buenísimo en El Porís, 19 grados de temperatura y ausencia casi total de viento. 
Se da el pistoletazo de salida, y la gente sale a toda velocidad. Yo prefiero salir lento, acompañando a unos amigos. Los primeros 800 metros son de piche, y los hago en el grupo de cola. Al tomar el desvío a la derecha empieza el recorrido en tierra por el barranco de Tajo, con una rampa impresionante que lleva a la gente enfilada. Difícil adelantar. Aprovecho los ensanchamientos para ir ganando puestos. 





El sendero entre los kilómetros 1 y 5 discurre por una zona preciosa, casi siempre ascendente, pero con varios momentos de bajada y recta. La vegetación, típica de la zona, presenta principalmente balos, tabaibas y cardones. Sigo adelantando mi posición, alcanzando en el kilómetro 5 más o menos el puesto que al final logro, justo en el momento en que comienza un tramo de 1 kilómetro de piche. Al final de ese kilómetro, el precioso pueblo de Arico Nuevo. En él había vecinos a ambos lados de la carretera animándonos, y estaba el deseado punto de avituallamiento. Por supuesto, paré a beber, y perdí el grupo de 5 corredores en el que me había acomodado desde el kilómetro anterior. 




Desvío a la izquierda, bajada al barranco y subida al Instituto de Enseñanza Secundaria de Arico, lugar donde trabajo. Se trata de un duro ascenso de 300 metros que conocía, lo que me permitió regular el esfuerzo y alcanzar a dos corredores del grupo que me precedía. Tramo recto al comenzar el último kilómetro, pero que solo es un espejismo, pues pronto se convierte en lo que temía: los 600 metros más duros del recorrido, con un desnivel que destroza a cualquier corredor, y que solamente la proximidad de la meta anima a superar. 




Ahí supero otro corredor, pero me adelanta uno de los que ya había alcanzado. En una curva a la izquierda, unos paisanos me gritan: "¡Vamos, últimos 150 metros!" El corredor que me había adelantado me saca 30 metros, y eché el resto para alcanzarlo y rebasarlo en un sprint que me deja tieso. Al final, llegada a la meta de la Iglesia de San Juan Bautista en el puesto 33, con un tiempo de 1:04:40.
Algunos patea ya habían llegado, otros lo hicieron después, pero todos hicimos una buena carrera y terminamos satisfechos. Subida al podio de Sergio (3º en M35) y Juanpe (2º en M50). Una gran experiencia en una carrera con un recorrido precioso. Nos llevamos grandes recuerdos y buenas fotos. Lo peor,  en mi opinión, fue lo escaso del avituallamiento y demás aportaciones de la organización, en función del precio de la inscripción. No obstante, me encantaría repetir la experiencia el año que viene, con el reto de intentar bajar de la hora.


David Díaz Reyes.









PSB


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