El sábado día 16 de abril se celebro la 1ª edición de la Tenerife BlueTrail, una carrera que difícilmente olvidaran los mas de 600 corredores que tomaron parte en alguna de sus modalidades, y especialmente los de la ultratrail, por la dureza extrema de su recorrido. Llevaba mucho tiempo esperando a que llegara el día y tenia previsto realizar la carrera acompañando a mi padre, dado que la mayor distancia que yo había recorrido eran las maratones de Anaga y la del Meridiano, y el poseía en su haber varias Cruzatenerife y Transvulcania.
Llegado el día de la prueba y antes de tomar la salida el me comenta que si me encuentro bien que no espere por el, que vaya despacio porque la carrera es muy larga y algún consejillo mas. Dan la salida y como siempre me pasa me olvido de todo. Comienzo a correr a buen ritmo pero sin excesos, la gente está animada y yo muy ilusionado. Se me han quitado los nervios y parece que el correr de noche no me influye demasiado. La gente nos anima cuando pasamos por la Camella y Arona, a pesar de lo tarde que es. Se que tengo que intentar seguir a algún corredor que tenga un ritmo parecido al mio, y no se me ocurre otra cosa que pegarme a dos Tenerife Trail, Jose Carlos y Fran Glez. Cogemos un ritmo bastante bueno y vamos adelantando a bastantes corredores, pero cuando llegábamos a Vilaflor me paro a orinar y ellos siguieron.
Al llegar al avituallamiento ya ellos salían y les digo que sigan, que ya los alcanzare... !!Que ignorante soy a veces¡¡. Me bebo un vaso de caldo calentito que me sienta genial y empiezo de nuevo a correr, pero esta vez solo y esto me afecta bastante . Bajo mucho el ritmo. Hubo una parte del recorrido por la zona del paisaje lunar que estuve casi una hora sin ver a nadie, hasta que me adelanta Emilio Padilla y me comenta lo mismo. Así fui subiendo poco a poco hasta llegar a la degollada de Guajara.
No se el frío que hacia, pero la sensación térmica bajaba de los 0 grados. Llego al parador y acaba de salir la Trail. Hay muchos conocidos, entre ellos Javi Sánchez con el que reanudo la marcha. Empiezo despacio porque me he enfriado un poco y él se distancia, pero me voy encontrando mejor y vuelvo a coger un buen ritmo corriendo bastante hasta montaña blanca, donde lo vuelvo a alcanzar, y llegamos al portillo. Aquí es donde me encuentro peor. Me quito los tenis pensando que tenia alguna llaga y lo que me veo son las dos uñas completamente levantadas. Había bajado montaña blanca con los tenis sueltos y encima se me habían hinchado los tobillos y no los podía casi ni mover(me comentaron que pudo ser por las medias de compresión).Pienso en la retirada. Estoy en el Portillo y me faltan aun 33 km para llegar.
Me encuentro con mi familia y me animan. La impotencia me da por llorar pero les digo que voy a seguir caminando. Me comentan que mi padre también se ha fastidiado la rodilla. Vaya día.
El tramo del portillo a la caldera se me hace interminable. No recuerdo ni la cantidad de gente que me adelanta bajando. Me encuentro a Francisco Campelo tirado en el suelo y también quiere retirarse, pero lo animo un poco y continua conmigo. Dice que en la cruz del Dornajito se retira (al final llegó a meta, felicidades). Continuo hasta la caldera y otra vez allí esta mi familia. Vuelvo a pensar en retirarme y viene la cruz roja, me dicen que no continúe, que tengo los dedos muy mal y los tobillos demasiado hinchados. Pero en ese momento llega mi padre arrastrando la rodilla. Come algo, me pregunta como me encuentro, y sigue la marcha. Me lo vuelvo a pensar. Llamo otra vez a la cruz roja y les digo que me venden los dedos. 30 minutos después salgo para ver si alcanzo a mi padre. Lo consigo y esto me anima mucho. Caminamos poco a poco por unos senderos con pendientes interminables, pero ya no hay marcha atrás.
En la casa del agua esta mi cuñado Eduardo esperándonos y nos acompaña el resto del camino. Con nosotros va Juan Alarcón, un ecuatoriano que también va fastidiado de las rodillas. Seguimos caminando y llegamos a Pinolere, nos dicen que solo quedan unos 4 km para la meta. Nos dan arroz con leche que nos sabe a gloria y seguimos. Al llegar a meta otra vez mi familia. Mi madre, mi hermana, mi mujer y mis dos hijos. Por fin. Cruzamos la meta y abrazo a mi padre. El momento mas feliz que he tenido en una carrera.
Pensé que ahí terminaban las amarguras, pero cuando mi padre bajaba de recoger su merecido primer puesto en la categoría, me encuentro mal, se me baja la tensión y me tiene que llevar la cruz roja al puesto de socorro. Al final no fue nada.
Bueno, en resumen. Una carrera preciosa, durísima, que mientras la hacia pensaba que nunca más volvería, pero que ya vuelvo a pensar en ella. Felicitar y agradecer a mucha gente. A Jose Lutzardo y Jose Carlos Vera, por sus clasificaciones. A Diego, el palmero del Trecus que no podía correr pero que estaba en todos lados apoyando. A Francisco Campelo por terminarla cuando pensaba que iba a abandonar. A Carmelo Zerpa y a su novia por lo bonito que es correr juntos de la mano. A mi cuñado, por las fotos y por el apoyo en la ultima parte. A la cruz roja por atenderme en dos ocasiones, y al ejercito por el caldito. A los vecinos de Pinolere, por el arroz con leche. A mi padre, por ser el mejor padre y a mi familia, por el apoyo que me dieron en todo momento. Además agradecer los ánimos de todos los corredores que me adelantaban y me decían que ”poco a poco”. Bueno, no soy mas pesado, lo dejo aquí y nos vemos en la Transvulcania (si me recupero de esta).
Javi Padrón.
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Hola!
ResponderEliminarMi mas sincera enhorabuena y mis más profundos respetos por haber realizado semejante hazaña.
Excelente crónica.
No se si algún día lograré si quiera plantearme hacer algo como lo que cuentas, pero es un placer leer a gente que tiene el valor y el coraje de no sólo planteárselo, sino lograrlo y además acompañado de su padre. Broche perfecto para un sueño.
Felicidades.
Muchas gracias gustavo, creo que todos tenemos dentro la fuerza suficiente para realizar lo que no imaginamos, solo que tenemos que buscarla. Te aseguro que como estaba no pense que terminaria. Un saludo.
ResponderEliminarFelicidades por acabar, y desde luego que tienes un padre de hierro, el Sr. Tomas. Pase junto a el por Montaña Blanca, hable con él como iba con la rodilla, y luego te vi más abajo sentado con los tobillos hinchados. Me alegre mucho cuando llegaron juntos a meta.
ResponderEliminarA recuperarse todos, y podamos encontrarnos en las proximas. Gracias por las fotos, arriba Patea San Borondon, un amigo de TODOPORUNPUNTO
Javier felicidades a tí y a tu padre. Participar en una ultra de montaña de este tipo y dureza, al lado de tu padre es algo que pocos privilegiados pueden hacer, felicidades a los dos y por tu bautismo.
ResponderEliminarHola Javier,
ResponderEliminarNos vimos en la Caldera mientras yo sacaba fotos. Ví tus pies doloridos y cuando supe que habías llegado a meta no me lo podía creer. Enhorabuena por el esfuerzo realizado. Me imagino que después de esta hazaña uno se siente genial.
Un saludo.
Ana
Gracias a los tres, la verdad es que cuando vi a mi padre seguir con la rodilla fastidiada para terminar la carrera senti animos para continuar hasta la meta. Un saludo
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