martes, 8 de febrero de 2011

Crónica de la Maratón del Meridiano 2011

El pasado viernes día 4 de febrero partimos rumbo a la isla de El Hierro para celebrar su quinta edición. Dos de nosotros debutábamos en esta isla, pero mi padre participaba por tercera vez consecutiva. 
La verdad es que el viaje de ida fue muy ameno, muchas caras conocidas en el barco, que hacían muy llevadera la travesía, hablando de carreras, de entrenamientos, de ropas, mochilas y todo lo relativo al mundillo en que hace poco que nos hemos metido. Ya por fin en la isla más de lo mismo. Recogida de dorsales, charla técnica de la carrera, gran cena de la pasta con una organización maravillosa y de nuevo muchísimas caras conocidas. Más de 600 personas cenando unos macarrones con carne, salpicón de atún y un almogrote que eran una delicia, además de un riquisimo postre casero y mucha cerveza fresca. Después a la cama a intentar dormir. Digo intentar porque entre la fiesta que había por la calle y los nervios que teníamos ni yo ni Eduardo casi pegamos ojo. 

Nos levantamos temprano y nos dirigimos a la salida. Allí nos encontramos con más de trescientos locos esperando para correr 42 kilómetros. Nos colocamos en la línea de meta  que es la pre salida y a esperar. Parece  que no quieren dar la salida. Los nervios van en aumento. A Eduardo se le suben las pulsaciones antes de empezar y tiene que parar el pulsometro. Por fin. Salimos disparados pero aun no hemos empezado. Nos detienen 1 kilometro más adelante y esta vez, casi sin  esperarlo, dan la salida. 
Cada uno a lo suyo. Salgo como un tiro y me pego a la cabeza. Heras lleva un ritmo vertiginoso. Dos curvas más adelante ya casi no lo veo. Más tarde supe que se retiró en Sabinosa  por una lesión. Sigo en la carrera con mucha fuerza y no miro atrás, me pego a Nerea Martínez y me doy cuenta de que a esta no la aguantare mucho rato. Busco gente más de mi nivel para pegarme a ellos y así llego bien colocado a Sabinosa. Pero aquí salen los de 27 kilómetros y coinciden conmigo retrasándome mucho en la subida. 
Poco a poco me voy cansando y voy perdiendo algunas posiciones. La subida de Binto se me hace interminable y parece que Malpaso no aparece nunca. Pero me doy cuenta que todo el mundo está igual que yo. No es que este flojo, sino que la carrera es muy dura. Por fin llego al comienzo de la bajada pero yo que pensaba que había pasado lo peor cuando me empieza a doler la cintura, y la bajada continúa. Parece que no voy a salir de la laurisilva nunca. Para colmo faltando 1 kilometro  el grupo que va delante se equivoca de camino y yo que no tengo fuerzas para mirar la señalización también me equivoco. Suerte que fueron unos cien metros, que si no no lo cuento. Aquí vuelvo a perder unos 6 o 7 puestos, pero ya no me importa, ya veo la meta y la cruzo supercontento. 

6 horas y 6 minutos en los que creo que tenía que haber empezado más despacio para sufrir menos, pero ya lo sé para la próxima. A los 50 minutos llega mi padre más fresco que una lechuga aunque con un golpe en un ojo y en la boca. Y encima baja su tiempo en media hora y es segundo de su categoría. A la media hora aparece Eduardo, al que el estomago le volvió a jugar una mala pasada, al igual que en Anaga, pero no importa, lo veo igual de contento y animado que al principio. Además pronto se olvidan los sufrimientos cuando empiezas  a hablar con los amigos, y aquí había muchos.
 
En definitiva, solo he ido a 4 carreras, pero no creo que ninguna de las que hay en Canarias se pueda comparar a esta en belleza y sobre todo en organización, aunque puede que haya otra que se le acerque bastante y a la que puede que vayamos.¿¿¿ Alguien sabe cuál será???

2 comentarios:

  1. Llegara el dia en que nos traigamos nosotros algun trofeo, y si no, al menos nos divertimos

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  2. Mi primer objetivo es seguir disfrutando de este mundillo, y luego intentar mejorar poco a poco.

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