jueves, 28 de agosto de 2014

De Teno a Anaga (de Faro a Faro) Abril de 2006. Por Tomás Padrón.


A raíz de la expectación que ha crecido a partir del reciente reto conseguido por nuestros amigos Marce Diaz de León y Eduardo López Reig, y su próximo proyecto "Desafio de Faro a Faro 2014", quiero compartir también esta otra que en su día hiciera mi padre junto con Marcelino Díaz Rodríguez y José Luis Taoro, que si bien no levantó tanta expectación, si resultó igual de dura y emocionante.
 
Javi Padrón

 

Travesía Isla de Tenerife.

 

“De Teno A Anaga”                              

 

28/29/30 de abril de 2006

  
Día 28:

21:40h.: Ya hacía rato que había anochecido, cuando llegamos a Teno. José Luis, que llego antes nos indicaba con la linterna un buen sitio para pasar la noche. El lugar era agradable, con arena de playa para estar más cómodos. Ya metidos en los sacos, contemplamos un cielo estrellado que solo se aprecia en momentos y lugares así.

 

 Día 29:

 

     A las 4 de la mañana nos pusimos en pie los tres montañeros; José Luis y Marcel del Tamaide y Tomás del Guajara, que íbamos  a intentar en dos días recorrer los 150 Km que nos separaban del faro de Anaga. En principio habían más participantes, pero el reto era muy duro y decidieron dejarlo para otra ocasión.

     La travesía de la isla se ha realizado en 4 ó 5 días con calma y disfrutando del recorrido, empezando en Anaga y terminando en Teno. Nosotros la haríamos al contrario de Teno a Anaga, subiendo al Teide por Pico Viejo y con marcha al límite.

Caco y Rosi también se levantaron, habían hecho noche con nosotros para acompañarnos los dos días de recorrido en el coche de apoyo del grupo Guajara. Sacrificaron un puente de tres días por nosotros. ¡Son dos puntales!

     Después de recoger y desayunar té, galletas y chocolate nos llegamos al faro para hacer la foto de rigor. Eran las 4:50 cuando empezamos la marcha, el tiempo era bueno y nuestro humor también. Hablábamos de que hacia un año por estas fechas estabamos los tres terminando esta larga caminata que hicimos en dos días y medio con la compañía del amigo “guille”.
 

     La animación y buen humor se terminaron cuando dejamos la carretera para acortar por un atajo que nos llevara antes al camino de Teno alto. La vereda que otras veces tomábamos sin problemas, esta vez con una noche oscura donde poco hacían las linternas, nos jugo una mala pasada. Estabamos perdidos entre tabaibas y cardones con arbustos cerrándonos el paso. Al final después de media hora de batalla en un terreno abrupto y los pies llenos de rasguños, conseguimos el buen camino.

     Contentos de haber salido de aquel laberinto, subimos de prisa por el camino “Las Vueltas”. Pronto sentimos calor, por lo que José Luis y Marcel se quitaron los abrigos, que volvieron a ponerse antes de la montaña del Vallado por la brisa fría de Teno que hacía tiritar.

      A las 6:40 h. pasamos por Teno Alto. Estaba amaneciendo por la Cumbre Barracan. Las vistas eran únicas: de un lado El Palmar y Las Portelas; de otro Los Carrizales, con el alumbrado público aún encendido, entre claros y sombras de las nubes bajas que cubrían las partes bajas de valles y barrancos.

     A pesar de la prisa y del esfuerzo nos sentíamos privilegiados de estar a esas horas por aquellos parajes, viendo panorámicas únicas mientras otros dormían.

     Por la cumbre de Bolico hicimos un mínimo alto para hacer unas fotos al barranco de Masca,  cubierto por nubes que solo dejaban ver la Fortaleza y otros picos altos.

     Cerca del puerto de Erjos encontramos los coches de apoyo. El amigo Roig del grupo Tamaide nos tenía un buen desayuno: chocolate con leche, bocadillos, dulces y fruta. Tuvimos muy presente al amigo Francisco Castro, que por un mal entendido no participó como era su ilusión.

     Continuamos la marcha a las 9:45 h. Caco nos acompaño por un par de horas que tardamos en llegar a  Cueva Samara. En este tramo fuimos por una pista, cruzamos el canal de Vergara, campo a través por el pinar, cerca del Chinyero, más pistas y caminos y al final la sombra de un gran pino para hacer un descanso cerca de la Cueva Samara a las 12:00 h. Dedicamos un tiempo para estiramientos y reposo, compartido con el buen humor y algún chiste de Roig. A  las 13:00 h., ya con la mochila llena con suficiente agua, comida, ropa de abrigo y los crampones, nos pusimos en camino. Dejamos atrás montaña Samara, tomando la vereda que sube a la izquierda de los llanos de Chajora, y cuando el camino se fue perdiendo acortamos recto al Calderón. Nos costó mucho esfuerzo por lo pendiente y por hundirnos en el picón a cada paso que dábamos.

 
   Eran las 15:00h cuando cruzamos por el cráter del Calderón, continuamos la subida con paso lento pero firme, teníamos que dosificar el esfuerzo. Sin parar llegamos a lo alto del Pico Viejo a las 16:10h. Con pocas energías de reserva, hicimos un alto para alimentarnos. De nuevo en camino, bordeamos el cráter por la derecha y pasando la zahorra de la mancha Ruana entre gran cantidad de nieve. Luego nos adentramos en el malpaís de lava negra y grandes rocas, donde era peligroso caminar. La vereda y los mojones estaban tapados por la nieve teniendo que orientarnos por el pico del Teide y la vereda de “Pepe el Moño”.

   Sin más problemas llegamos a la Rambleta. Eran las 18:25. Aquí la nieve era más abundante, pero pudimos cruzar sin hacer uso de los crampones. En la bajada la temperatura ya era bastante fresquita. El camino no existía, por ello acortamos por una vaguada del terreno, que nos llevó en poco tiempo al Refugio de Altavista sobre las 19:10. Allí tomamos te caliente y charlamos con el guarda.  Continuamos el descenso a las 19:30 por Lomo Tieso, pasando por Corral de Mulas a las 20:10. Seguimos por Montaña Blanca donde encontramos gran cantidad de flores, como la violeta, el alhelí del Teide y la margarita.

 
   Ya en el camino del Portillo, que nos llevaba al final de la primera etapa, viendo los colores rojizos del atardecer reflejarse en las paredes del circo de las Cañadas, comprendimos que nos cogería la noche. Nosotros contábamos llegar alrededor de las 20:00 horas, pero la subida al Pico Viejo y el tramos hasta la rambleta con tanta cantidad de nieve nos llevó mucho tiempo y esfuerzo y nos retrasó considerablemente. A las 21:40, con las linternas encendidas, llegamos al local que nos dejaron para pasar la noche en el Portillo Alto, justo en la trasera del restaurante “Mambi” En el lugar nos esperaba el grupo de apoyo. Caco y Rosi nos daban ánimos y Roig en la cocina, que se le daba muy bien. Había preparado un caldo caliente y unos macarrones para reanimarnos. Lucas y un amigo también compartieron un rato con nosotros. La desilusión fue por no poder ducharnos, como hicimos en la misma caminata un año antes. Esta vez nos encontramos sin agua ni luz, pero dábamos gracias por poder resguardarnos del frio que hacia fuera, con temperaturas por debajo de cero grados.

   Despedimos a Roig y Lucas, que marchaban a sus casas, agradeciéndoles su colaboración desinteresada y su disposición para ayudar en estos eventos. Nos quedamos con Caco y Rosi haciéndonos compañía una noche más, como guardianes protectores, preparando los sacos de dormir y las esterillas para pasar la corta noche.

 

 

Día 30:


   A las 4:20 sonó el despertador y nos levantamos para afrontar la larga etapa de asfalto que nos separaba del faro de Anaga. De momento nos encontrábamos bien, después de lo duro del día anterior. Recogimos las cosas, desayunamos y nos pusimos en marcha a las 5:10. Caco y Rosi se quedaban para ordenar un poco el local donde pasamos la noche y entregar las llaves por la mañana.

   Enfilamos por toda la carretera evitando atajos que nos complicaran como el día anterior. La temperatura era fría y el cuerpo no cogía el ritmo hasta pasado un buen rato. Pasamos el Portillo de la Villa, comenzando la subida hasta Corral del Niño, donde el terreno ya llanea para luego bajar rebasando Izaña. Al pasar por Mal Abrigo comprendí porque lleva ese nombre este lugar. Las manos y la nariz se me helaron a pesar de llevar guantes y gorro. La temperatura en esta zona desciende entre 3 y 5 grados.

   Por Ayosa pasamos a las 7:30 con el sol empezando a salir en el horizonte, y nosotros que a toda prisa íbamos dejando km atrás. Era domingo y pronto lo notamos, debido a la gran cantidad de coches que encontrábamos de frente, teniendo que marchar por la izquierda, sin poder acortar en las curvas para poder ganarle metros al asfalto. Cuando llegamos a las Lagunetas el reloj marcaba las 9:45. La pareja de apoyo que nos adelantó por el camino nos aguardaba para desayunar con nosotros. Teníamos hambre y nos vendría muy bien un segundo desayuno, ya que del primero no nos quedaba nada en el estomago. Con la barriga llena y el corazón contento nos pusimos de nuevo en marcha a las 10:30. Seguimos la pista de tierra que nos llevó a la Esperanza en una hora, para desde allí continuar a la Cruz Chica. Cruzamos por sembrados de papas y trigo, por carreteras y caminos, siempre pensando en lo poco que nos faltaba para llegar a la meta.   A las 12:30 estabamos en los Rodeos, donde hicimos una minima parada para refrescarnos y tomar camino de El Pulpito y Mesa Mota, donde desde su cima contemplamos la cantidad de coches que bajaban por Pedro Álvarez en dirección a Tegueste, donde celebraban la romería de San Marcos. Como lo nuestro no era eso, sino el camino, seguimos de largo.

   A las 14:15 llegamos a las Canteras. A esa hora el sol aprieta y Rosi, muy pendiente de nosotros nos esperaba con una sandía bien fresquita y unos plátanos, de los que dimos buena cuenta rápidamente. Sin pérdida de tiempo comenzamos la subida del Lomo del Boquerón a Cruz del Carmen, donde llegamos a las 15:15. A partir de aquí nos acompañaría Lucas hasta el final para hacer las fotos en la llegada al faro. De Cruz del Carmen, siempre por carretera, llegamos a Casas de la Cumbre. Allí Caco nos había encargado algo para almorzar. A las 16:45 estabamos comiéndonos un potaje de verduras y unas papas con bacalao. De postre, flan. Cuando nos levantamos para reanudar la marcha, a las piernas les resultaba difícil dar un paso, ya notaban los muchos kilómetros recorridos. A duras penas nos pusimos en camino, tardando bastante tiempo para volver a caminar con normalidad.

   A las 18:10 pasamos por el Bailadero. El tiempo, que había estado bueno, se puso ventoso con algo de frio. En el parque de la Ensillada hicimos una última parada breve, para cambiarnos el calzado y coger abrigos. El coche de apoyo marcharía hasta Chamorga, donde nos esperaría. De aquí en adelante todo era por caminos, por suerte, se acabó el asfalto. Pasamos Chinobre y Roque Anambro, llegando a Cabezo del Tejo a las 19:30.  Por esta zona el suelo estaba resbaladizo por la llovizna caída antes de nuestro paso. Por suerte, este año no acabaríamos con la ropa mojada como era normal en esta marcha los años anteriores. Con mucha precaución bajamos el tramo hasta Cruz del Draguillo, que era el más peligroso por una caída. El cuerpo se enfrió en el descenso a Tafada, lo que nos obligó a ir más despacio. El sol reflejaba los últimos rayos por la Cumbrilla, y de nuevo comprendimos que nos cogería la noche, pero no nos importaba llegar tarde, solo queríamos llegar, y llegar bien.

 
   Con mucho esfuerzo conseguimos llegar al faro a las 20:50, con un poco de luz solar para hacer las fotos y,  pese al cansancio, levantamos las manos en señal de haber conseguido el objetivo. En poco tiempo hicimos las fotos, con el faro de Anaga detrás nuestro, comenzando el regreso por el mismo camino que habíamos bajado. La subida fue más rápida y fácil que la bajada, llegando a Chamorga a las 22:00, donde nos esperaban algunos familiares para brindar junto al equipo de apoyo por el final feliz.

 
   Esta larga travesía de toda la isla con la subida al Teide incluida, en solo dos días, pocos se la han planteado. Marcel, José Luis y yo lo conseguimos.

                                                                              

Tomás Padrón 
 
 
 PSB
 
 

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