lunes, 16 de junio de 2014

Crónica Artenera Trail 2014. Por Javi Padrón.

20 de mayo, recibo un whatsapp de mi amigo Iván Ikea. ”Javi, vente para la Artenara Trail del mes que viene, te invito a quedarte en mi casa”. Uff, me atrae la idea, estudio fechas, lo consulto con mi mujer y le doy la contestación en poco tiempo. No se puede desaprovechar la oportunidad. Me hubiera gustado correr en Pinolere o Asomadero, pero opto por prepárame para ir a Gran Canaria. Como casi siempre, acudo a la carrera con pocos kilómetros en las patas, ya sea por gandul o por falta de planificarme, pero cada uno tiene sus excusas, y a mí nunca me faltan, por algo dice mi equipo que soy el más que me quejo.

 
Recorrido y perfil de la carrera


El viernes día 13 cojo el Armas para viajar a Las Palmas, tres horitas que se me hacen interminables. Ni un solo corredor me acompaña en la travesía y hago tantos kilómetros dando vueltas por el barco que podía haber conectado el Garmin. Por fin llego al muelle y me recibe Iván. Vamos a su casa, cena a base de pasta, vemos el partidazo de España y a dormir. Duermo bastante bien hasta que Shin Chan me despierta. Total, ya era hora de levantarse. Nos preparamos, recogemos a su compañero Jesús Falcón en Arucas y vamos pa la cumbre. Pasamos de la bruma fresca que había en Las Palmas a estar completamente despejado en Artenara. Va a hacer calor. Aparcamos y saludan a la gente, yo no conozco a casi nadie, solo a los élite (y vaya élite) y a los que se han desplazado de Tenerife. Tony y su gente de Studio 54, los gemelos del Isla Baja, Leticia y Lolo del Trecus, Basilio Bravo y su hijo, Raquel Rivero, José Manuel y José Carlos del Trangoworld, Iván Pérez y alguno más.

 

Comenzamos a calentar y los nervios me comen. Saco alguna foto para relajarme y mando los últimos mensajes a mi mujer y al equipo. Paso control de chip e intento colarme hacia delante. Dan la salida y salimos carretera arriba para que se separen los corredores, damos la vuelta y a bajar por el asfalto, los primeros vuelan, miro el garmin y marca 3:08, y me estoy quedando atrás, que locura, pero es que después de la carretera entramos en sendero y será muy difícil adelantar, intento posicionarme lo más adelante posible aunque tenga que apretar más. Entro en el sendero entre los 30 primeros creo. Es bastante técnico y voy adelantando cuando puedo. Tengo que aprovechar los terrenos que me van mejor. El paisaje sé que es precioso, pero no levanto la vista. En poco tiempo se que termina la bajada y empieza lo duro. Había un avituallamiento a los 4 kilómetros pero la gente ni lo mira.

 

En el siguiente si lleno agua y me dispongo a subir. Uff, fuerte pared. Vamos parriba. Subo a buen ritmo y alcanzo a Levi. Lo adelanto y le digo que con calma, ya hace mucho calor. Miro hacia atrás y veo a la columna de corredores .Veo a Iván. Que no me coja, jeje. A la mitad de la subida me alcanza José Fisio, que lo había adelantado bajando, hay que ver como sube. Sigo a mi ritmo, voy bien. Llego arriba en 1:15, en el puesto 19, aunque solo me entere de las posiciones al final de la carrera. Ahora tocan toboganes y llanear. Voy a un ritmo alto, al menos para mí, adelanto a un corredor y al poco tiempo me encuentro con Asier, al que también paso. Me encanta este camino, son continuos toboganes entre pinos muy divertidos durante unos 5 kilómetros. Llego al siguiente avituallamiento y control de paso. Voy en el puesto 17. Ahora otro kilometro de subida. Aquí me encuentro a Paquito que esta algo tocado y a José Fisio otra vez. Comienzo a subir y José me sigue. Hacemos la subida juntos y en la bajada me embalo e intento dejarlo atrás, pero no es muy técnico el sendero y solo al final consigo despegarme. Llego a la presa de Lugarejos, la cruzo y cojo agua en el avituallamiento. Un trozo de naranja y a seguir. Aquí ya voy en el puesto 15, con 2 horas 18.


Miro el comienzo de la presa y ya veo a José y a otro corredor, les llevaré un minuto, joder, no se puede uno ni rascar. Me meto por un barranquillo con mucha hierba seca y mucho calor. Se te mete en las lengüetas y jode bastante. A veces no te deja ni correr. Aun quedan 9 kilómetros, pero no sé si las fuerzas están para coger al de delante, o para que no me alcancen los de detrás. Llego a una carretera, aquí nunca he trabajado bien la psicología. Mirar hacia delante y ver solo asfalto siempre ha podido conmigo. Aun así no aflojo la marcha, me concentro en la carrera y solo escucho los pitidos del teléfono. Sé que son mis compañeros de equipo y mi familia mandándome whatsapps de ánimo desde Tenerife, no los leo, pero los siento.


Foto: Alberto R. Cardona

De reojo miro hacia atrás y veo a José cada vez más cerca, hasta que me alcanza, pero no me adelanta y seguimos juntos. Aun queda bastante subida y tenemos cerca a otro corredor. Lo adelantamos al llegar al último avituallamiento. Dios mío, ¿otra subida más? Casi hay que escalar. Los últimos repechos cuestan bastante y a pesar de ir bastante cansado los corro cuando puedo. Cruzamos otra carretera y miro el garmin. Aun dos kilómetros, pero ya casi todo llaneo y bajada por un sendero. Miramos atrás y no veo a nadie. Los gemelos me van avisando, pero cualquiera para a estirar.
 

Foto: Alberto R. Cardona

Por fin llegamos a la recta de meta, José me deja delante y me dice ”Disfruta el momento”, y la verdad que lo hago (gracias José, eres un crack). Entro en meta y pienso en mi mujer, mis hijos, mi familia y mis compañeros de equipo, tan lejos pero tan cerca. Estoy muy contento. Veo a los que han llegado y pregunto el puesto. El 13, mejor de lo que me esperaba, por el nivel que había. Miro el teléfono y veo tropecientos mensajes, se han volcado conmigo. Poco a poco van llegando corredores y hablo con algunos. Por fin aparece Iván, al final le saque 17 minutos, jeje, pero sé que su venganza en Dientes de Sierra será terrible.

Sin duda esta ha sido una gran carrera. La organización perfecta, la señalización impecable, aunque Asier y Levi se hayan perdido, jeje, los avituallamientos numerosos y correctos, masajes, piscinas, arroz, pasta, cerveza, refrescos, rocódromo, etc., etc. Sin duda, si puedo el año que viene repetiré y muchos compañeros de PSB también. Quiero agradecer el trato recibido por Iván, al que le debo una, al apoyo de mi equipo y mi familia en todo momento y como no a mi mujer y a mis hijos por aguantar tantos fines de semana en solitario mientras yo entreno y hago carreras (ahora voy para la Gomera cari, jeje). Te quiero.

Javi Padrón.

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